Diego Álvarez Chanca (Sevilla, h. 1.450 –
Sevilla, 1.515). Fue un sevillano, médico de carrera, que había estudiado en
Salamanca, Valladolid y Lisboa, siendo el primer médico titulado y doctorado
que estuvo presente en América.
Ejerció como médico de cámara de los
Reyes Católicos y médico asimismo de Juana la Loca y, posteriormente, adscrito
a la Armada Española, acompañando a Cristóbal Colón en su segundo viaje a
América en el año 1.493.
Efectivamente, quiso ir con Cristóbal Colón
en su segundo viaje, por lo que solicitó el correspondiente permiso a los
monarcas católicos, quienes se lo concedieron mediante cédula de 25 de mayo de
1.493 por considerar que sería de utilidad atendiendo a la salud de los
navegantes. El sueldo que le asignaron fue de 50.000 maravedíes, inferior al de
68.750 que recibía como médico de la princesa Juana.
Poco después de tomar tierra en La
Española (isla que actualmente comparten la República Dominicana y Hahití),
Colón enfermó de “influenza suina” (paludismo), su salud se deterioró
gravemente y llegó a estar un par de días semiinconsciente, pero Álvarez Chanca
lo curó con éxito. Igualmente trató a otros miembros de la tripulación que
enfermaron de una epidemia no identificada que pudo ser gripe, malaria o
viruela durante este periodo.
La diligencia y caridad con que Chanca
atendió a los pacientes hizo que Colón le pidiera al rey Fernando el Católico
que le aumentara el salario, pero el monarca se negó, afirmando que esa medida
solo se tomaba cuando los médicos participaban en las expediciones del rey.
La opinión de Álvarez Chanca fue tenida
en consideración por Cristóbal Colón cuando se trató de elegir el lugar en
donde establecer el primer asentamiento, que en este caso se le dio el nombre
de Isabela, la primera ciudad que surge tras la destrucción por los indígenas
del fuerte Navidad.
Una vez en esta isla, Diego Álvarez
escribió una carta, donde demostró sus dotes para la observación científica,
dirigida al Ayuntamiento de Sevilla en 1.494, en la que constaba una valiosa
descripción de la isla de La Española, incluyendo estudios sobre la flora de
las costas y la vegetación de las montañas y valles, lo cual refiere con un
estilo muy comprensible. Éste es el primer documento en el que se realiza una
explicación sobre la flora, la fauna, la etnología y la etnografía de América.
Este escrito incluye una excelente
descripción del roedor antillano llamado “jutía” y de otras especies animales.
También se ocupa de numerosas plantas antillanas con utilidad, como medicinales,
alimenticias y para otros fines prácticos, y las compara con las españolas. La
carta de Álvarez Chanca no llegó a imprimirse en su momento, pero alcanzó una
gran difusión a través de copias manuscritas.
Álvarez Chanca recogió, además, muchos datos
antropológicos acerca de los indígenas, indicando la diferencia de carácter y
costumbres entre los taínos y la ferocidad de las tribus caribes, sugiriendo la
posibilidad de antropofagia (canibalismo) de estos últimos. También trajo a España más de 200
especies vegetales, entre ellas la coca, la quina, el ricino, el curare, la
leche de higuerón, el aceite de quenopodio y la jalapa.
Tras su regreso a España, en febrero de
1.494, fijó su residencia en Sevilla, donde llegó a disfrutar de una excelente
posición económica gracias al ejercicio de la medicina y algunas actividades
comerciales relacionadas con América, como por ejemplo la exportación de carne
de membrillo y medicinas a la isla de La Española. Se supone que debió
conseguir buenos beneficios, a juzgar por la dote de 20.000 maravedíes a una
sobrina suya cuando esta quiso entrar en el convento de las Clarisas de Moguer
(Huelva),
Publicó en 1.499 un estudio de la
“fascinación” o “mal de ojo” y en 1.506 escribió un tratado médico titulado
“Para curar el mal de costado”, con motivo de unas fiebres pestilenciales
padecidas en la comarca de Sevilla. En ellas aparece como un fiel seguidor del
galenismo arabizado bajomedieval.
En 1.501 se casó con Juana Fernández,
quien aportó dos hijos al matrimonio. En el año 1.507, una vez viudo, contrajo
matrimonio con Ana Zurita. En 1.510 Álvarez Chanca seguía relacionado con la
familia del duque de Arcos, como demuestra que la duquesa le hiciera merced de
cien fanegas de trigo, agradeciendo un servicio profesional al convento de
Santa Clara en Carmona (Sevilla), donde ella se había retirado.
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