domingo, 9 de agosto de 2015

Antonio Salado y Moreno



Antonio Salado y Moreno (Sevilla, 1.835 – 1.900), médico.

No fueron las sonrisas de la fortuna las que acariciaron los primeros años de la vida de Antonio Salado. Hijo de un médico de modesta posición, atravesó una juventud de verdadero trabajo. Para ayudar a su carrera pasó los años de sus estudios en la oscuridad de una antigua botica, donde se trabajaba de día y se velaba muchas horas de la noche.

Discípulo del famoso doctor en medicina Federico Rubio, fue un prestigioso cirujano y catedrático de patología quirúrgica de la Facultad de Medicina de Sevilla, médico de la Beneficencia provincial, de la que fue Decano, y académico de la Real Academia de Medicina.

Una vez finalizada la carrera, Antonio Salado estaba ejerciendo su profesión en Valverde del Camino (Huelva), cuando decidió dedicarse a la docencia.
Una de las primeras transfusiones de sangre realizadas en España tuvo lugar en Sevilla, en el año1.880, siendo el autor de este hecho insólito el doctor Antonio Salado.

El ácido carbólico fue el primer antiséptico que se usó en medicina, siendo Antonio Salado el que lo introdujo en Sevilla. Igualmente introdujo la tintura de yodo cristalizado, lo que en el año 1.870 representó un gran avance para la medicina.
Era un hombre muy humano y de un gran corazón. Prueba de ello es cuando, en marzo de 1.888, un niño de cinco años fue atropellado por un carro en la calle San Luis de Sevilla. La infeliz criatura fue conducida al Hospital Central en tan mal estado que las esperanzas de vida eran escasas. Pero quiso la Providencia que, a don Antonio Salado, hábil cirujano, le tocara encargarse de la cura del niño.

Tuvo que proceder a la amputación de un brazo, logrando salvarle la pierna a fuerza de muchos cuidados y desvelos. El desgraciado niño, escaso de recursos económicos y lisiado, era dado de alta y el señor Salado dejaba de ser su médico, pero compadecido por su situación, lo llevó a su casa, lo vistió, lo alimentó y le regaló juguetes de sus hijos. Días después lo ingresó en un colegio público.


A su muerte, sucedida en 1889, la calle donde vivía, llamada Castellón, fue rotulada con su nombre, Antonio Salado, y aún sigue.
 

A su muerte, sucedida en 1889, la calle donde vivía, llamada Castellón, fue rotulada con su nombre, Antonio Salado, y aún sigue.

Ver más en: http://www.20minutos.es/museo-virtual/foto/10949/#xtor=AD-15&xts=467263
A su muerte, sucedida en 1889, la calle donde vivía, llamada Castellón, fue rotulada con su nombre, Antonio Salado, y aún sigue.

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