Manuel
López Farfán (Sevilla, 1.872 – San Juan de
Aznalfarache (Sevilla), 1.944), compositor de marchas procesionales.
López Farfán nació en el popular barrio
de San Bernardo en el seno de una familia muy modesta y estudió música en el
Asilo de San Fernando de Sevilla, actividad que compaginaba con sus estudios de
sastrería. En esta institución benéfica estuvo hasta la edad de 14 años.
Ingresó en la banda del Batallón de Cazadores de Cataluña nº 1, llegando a
participar en la guerra de Melilla y Cuba por un periodo de tres años.
De regreso a Sevilla, López Farfán
ingresa en el Regimiento de Granada nº 34, donde obtiene el título de músico
mayor y posteriormente es trasladado a la banda de música del Regimiento Soria
nº 9.
La primera marcha compuesta por López
Farfán no está dedicada a ninguna imagen de la Semana Santa, sino a Leonor
Navarro, madre de su maestro de música. Su título es “En mi amargura” y está firmada en Córdoba en 1.896. Sin embargo,
cambió este título por el de “El Cristo
de la Exaltación” en 1.906.
Manuel López Farfán reunía todas las
condiciones necesarias para ser un buen compositor, pues estaba dotado de
inspiración, sensibilidad y un especial sentido de lo que era la Semana Santa
en Sevilla.
En el año 1.899 compuso “Esperanza”, una deliciosa marcha
inspirada en la Virgen de la Esperanza Macarena, aunque oficialmente no está
dedicada. Es una marcha de esquema simple y bellas melodías.
En 1.904 compone la marcha “Spes nostra”, que en esta ocasión sí se
la dedica a la Virgen de la Macarena, incluso cediendo los derechos a la
Hermandad, tal como puede leerse en la portada de la partitura original.
En 1.907 estrena dos composiciones más,
ambas muy clásicas: “Al Santísimo de la
Exaltación” y “Al Santísimo Cristo
del Amor”, también muy bellas y de estructuras parecidas a las anteriores.
En 1.913 procedió a adaptar la marcha
fúnebre de Sigfrido, de la ópera de Richard Wagner “El Ocaso de los Dioses”, para que fuese posible interpretarla en
los desfiles procesionales.
En 1.924, cuando la banda de Soria nº9
acompañaba a la Virgen del Socorro de la Hermandad del Amor, un hecho de suma
trascendencia iba a hacer histórico ese Domingo de Ramos: la arriesgada
composición “Pasan los Campanilleros”,
sonó tras la Dolorosa por vez primera, causando un revuelo popular y una
magnífica acogida hacia esta marcha que estaba dedicada a la Hermandad de las
Siete Palabras, con letra del capitán Ojeda incluida.
Un año más tarde, en esta ocasión
dedicada y estrenada tras la Virgen de la Hiniesta, sonaba por primera vez otra
de las grandes marchas que han marcado un estilo extraordinario: “Estrella Sublime”.
En la “Madrugada” de este mismo año de
1.925, Manuel López Farfán cautivó de nuevo a los cofrades sevillanos con la
marcha “La Esperanza de Triana”,
primera marcha procesional con una “saetilla” en su intermedio.
Autor de más de 400 obras de todos los
estilos (incluidas algunas zarzuelas estrenadas) y 22 marchas procesionales,
Manuel López Farfán ha gozado del reconocimiento popular y ha entrado por
derecho propio, y con todos los honores, en la historia de la Semana Santa
sevillana.
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