martes, 2 de junio de 2015

Diego Martínez Barrio




Diego Martínez Barrio, Presidente de la II República española (Sevilla, 1.883 – París, 1.962).
Martínez Barrio era de origen humilde, pues su padre fue albañil y su madre vendedora en un mercado. Cuando tenía 11 años falleció su madre y muy pronto, con nueve años, se puso a trabajar como aprendiz en una panadería y después como tipógrafo, dedicándose por las noches a una lectura apasionada de cuantos libros y periódicos caían en sus manos.
Siendo un adolescente participó en mítines y reuniones de carácter societario, desembocando, a principios del siglo XX, en el anarquismo más revolucionario. No obstante, Martínez Barrio abandonó el anarquismo, aproximándose a los ideales de la democracia republicana.
Inició su carrera política en 1.903, año en que se afilió a la Unión Republicana, cuyo dirigente era Alejandro Lerroux y comenzó su actividad periodística. En 1.908 se afilió a la masonería, llegando a ser Gran Maestro del Gran Oriente Español. Fundó el diario republicano “El Pueblo” y contribuyó a la difusión de las ideas republicanas en la provincia de Sevilla.

En 1.910 fue elegido, a los 25 años, concejal del Ayuntamiento de Sevilla, permaneciendo hasta 1.913, cargo que renovó tras las elecciones de 1.920. Pero el golpe militar del General Miguel Primo de Rivera en septiembre de 1.923 lo desposee de su cargo, al ordenar el Directorio Militar el cese inmediato de todos los Ayuntamientos. Durante la dictadura del General Primo de Rivera (Septiembre 1.923 – Enero, 1.930) colaboró con todas las intentonas de la oposición.
En 1.930 firmó el manifiesto del comité republicano y se vio implicado en los sucesos que llevaron a la sublevación de Jaca (Huesca) por parte de los capitanes Galán y García Hernández, por lo que tuvo que huir y exiliarse por un tiempo en Francia.

El 15 de abril, un día después de haberse proclamado la II República, acompañado de Marcelino Domingo, Indalecio Prieto y Lluis Nicolau d’Olwer, que también se encontraban en el exilio, regresó a España por ferrocarril. Una vez en Madrid, se trasladó directamente al Ministerio de la Gobernación, donde quedó constituido el Gobierno Provisional de la República en el que se hizo cargo del Ministerio de Comunicaciones.

Con Lerroux de presidente del Consejo de Ministros, fue ministro de la Gobernación, aunque después abandonó el partido debido a su disconformidad con la política seguida de pactos con la CEDA, presidida por José María Gil Robles. Debido a su discrepancia con los gobiernos radicales, acabó por fundar su propio partido con el nombre de Partido Radical Demócrata que más tarde se integró en la Unión Republicana.

Tras las elecciones de febrero de 1.936, el triunfo del frente popular le llevó a la Presidencia de las Cortes, ejerciendo de forma interina como Presidente de la República, en el periodo comprendido entre el 7 de abril al 10 de mayo de 1,936, con motivo de la destitución de Alcalá Zamora. Es precisamente en esos días cuando, acompañado por el presidente de la Generalitat, Luis Companys, realiza la que sería su última visita a Sevilla.

En la noche del 18 al 19 de julio de 1.936, Manuel Azaña, tras la dimisión de Casares Quiroga, le ofreció la difícil misión de formar un gobierno de conciliación que pudiese evitar la guerra civil. Durante unas horas de actividad frenética, telefoneó a varios jefes militares en un intento para que depusieran su actitud, consiguiéndolo con algunos de ellos. Finalmente habló con el general Mola, el cual se negó a ningún acercamiento. El 20 de julio, presentó su dimisión, al comprender que la guerra civil era inevitable.

Tras el fracaso de sus gestiones, Martínez Barrio se trasladó a Valencia para hacerse cargo de la dirección de la Junta Delegada del Gobierno para la región de Levante, organizando el aprovisionamiento de la Brigadas Internacionales y del nuevo Ejército Voluntario de la República.

Al triunfar los nacionales se exilió, como otros miles de republicanos, primero en Francia; en la primavera de 1.939 en Cuba y posteriormente en Méjico, donde presidió la Junta Española de Liberación.

En 1.943 realizó una gira por Colombia, Bolivia, Venezuela, Chile y otros países americanos para recabar el apoyo de sus gobiernos para la República Española. Simultáneamente, y desde su llegada al Nuevo Continente, mantuvo contactos muy estrechos con la Masonería americana, al tiempo que en España el Tribunal Especial para la represión de la Masonería y el Comunismo le condenaba en rebeldía a 30 años de reclusión mayor.

El 17 de agosto de 1.945 fue designado oficialmente Presidente de la República en el exilio, cargo que ocupó hasta su muerte en 1.962.

Treinta y ocho años después de su muerte, en el año 2.000, obedeciendo a los deseos expresados en su testamento, sus restos mortales fueron sepultados en el cementerio de San Fernando de Sevilla, junto a su primera y segunda esposa.

En el año 1.931, siendo Ministro, el Ayuntamiento hispalense lo distinguió con el título de Hijo Predilecto de Sevilla.

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