viernes, 31 de octubre de 2014

Herrera el viejo



DE MONSALVES A SAN ROQUE.
Rotulada en 1.875 en memoria de Francisco de Herrera, llamado el Viejo (Sevilla, c. 1.590 – Madrid, c. 1.655), pintor y grabador del Siglo de Oro.
Comenzó su formación artística con su padre, el iluminador Juan de Herrera. Poco después, alrededor de 1.614, se conocen sus primeros contratos como pintor.

Se examinó de pintor en 1.619 por exigencias de su gremio, que incluso le planteó un pleito por no haberlo hecho antes y estar contratando trabajos. Tal vez fue discípulo de Francisco Pacheco, mostrando en sus obras huellas de su estilo en San Buenaventura recibe el hábito de San Francisco. 1.626, (Museo del Prado). También de Juan de Roelas. Fue el padre de otro gran pintor y arquitecto, Francisco de Herrera, el Mozo o el Joven.

Herrera tuvo una vida azarosa y repleta de adversidades, en parte debido a su mal carácter. Fue denunciado en varias ocasiones por el gremio de pintores por no haber superado el examen de maestría y por supuesta fabricación de moneda falsa, pleitos que le llevaron en algunas ocasiones a la cárcel.

En la antigua calle de Las Palmas (hoy Jesús del Gran Poder) se halla el que fue Colegio de los Jesuitas dedicado a San Hermenegildo. En el altar mayor de la iglesia estaba por entonces el famoso cuadro de Herrera el Viejo que representa a San Hermenegildo glorioso.

Este cuadro le llamó tanto la atención a Felipe IV, el día que entró a visitar el Colegio que preguntó por el autor. Casualmente estaba Herrera recluido en esta casa por haberse iniciando procedimiento en su contra por falsificación de moneda y con gran miedo se lo manifestaron al Rey, el cual contestó: “En esa causa soy yo el Juez y parte. Traédmelo aquí”.

Se presentó Herrera con el susto que se puede imaginar, y se echó a los pies del Rey implorando clemencia. S. M. le dijo: “Quien tiene esta habilidad, ¿para qué ha menester más oro ni plata? Andad que libre estáis y no volváis a incurrir más en ello”.

Víctima del mal carácter de Herrera fue el mismo Diego Velázquez, quien siendo todavía un niño entró como aprendiz en su taller, aguantando solo unos pocos meses, antes de marcharse al taller de su futuro suegro, Francisco Pacheco.

La muerte de su esposa, una de las numerosas víctimas de la terrible epidemia de peste que sufrió Sevilla en 1.649 y el traslado a Roma de su hijo, en circunstancias algo oscuras, le dejaron bastante deprimido y en completa soledad.

Hacia 1.610, dibujó la portada de un libro con la figura de San Ignacio de Loyola; en 1.617 pinta el cuadro “Pentecostés”, que está colgado en el Museo de El Greco en Toledo y de este mismo año es un “San Lorenzo” que se conserva en la Iglesia de la Merced de Huelva.

En el Palacio Arzobispal de Sevilla se halla el cuadro “Inmaculada con monjas franciscanas” (1.615), una de las doce obras que Herrera el Viejo realizó para decorar la capilla de la Hermandad de la Santísima Vera Cruz, en el claustro principal del desaparecido Convento Casa Grande de San Francisco, que se hallaba en la actual Plaza Nueva.

En 1.618, en plena madurez artística, realizó la decoración de la capilla de San Hermenegildo de Sevilla. En 1.624 realiza su “San Hermenegildo”, que se conserva en la iglesia del mismo nombre en Sevilla. En 1.626 dibuja el cuadro “San Buenaventura recibe el hábito franciscano”, la obra más interesante de su mano que se puede admirar en el Museo del Prado de Madrid, “Santa Catalina y la familia de San Buenaventura”, que se halla en la Universidad Bob Jones de Greenville (Carolina del Sur, Estados Unidos) y “Job”, en el Museo de Bellas Artes de Ruan (Francia). En 1.627 pintó “La Parentela de Jesús”, conservado en el Museo de Bellas Artes de Bilbao.
De 1.628 es un gran cuadro de Herrera representando el “Juicio Final”, que se encuentra en la parroquia de San Bernardo de Sevilla. Fechado en 1.635 está “El Bebedor”, conservado en el Worcester Art Museum (Massachusetts, EE. UU.). En 1.639 dibuja la que tal vez sea su obra maestra, “San Basilio dictando su doctrina”, que se halla en el Museo del Louvre de París, así como dibujos con figuras de Apóstoles (Galería de los Uffizi de Florencia, Museo del Prado y en la Academia de Bellas Artes de San Fernando de Madrid).

En 1.643 está fechado el cuadro “San José con el Niño”, que se halla en el Museo de Bellas Artes de Budapest. En 1.647 recibe su principal encargo, la decoración del Palacio Arzobispal de Madrid, realizando cuatro grandes cuadros con los temas bíblicos “El maná”, “Moisés en la peña”, “Las bodas de Caná” y “El milagro de los panes y los peces”. En 1.650 pinta “Ciego tocando la zampoña”, que se conserva en el Museo de la Historia del Arte de Viena.

Se le considera, junto con Roelas, un pintor de transición desde el Manierismo hasta el Barroco. Roelas era mayor que él y esto condicionó que su pintura se viera influenciada por éste. Ambos fueron preparando el terreno para la introducción plena del “Tenebrismo”.

Herrera tenía un estilo vigoroso y dinámico, muy atrevido para el tono general del panorama artístico que por aquella época se cultivaba en Sevilla. Trabajó en esta ciudad hasta 1.638, año en el cual decide trasladarse a Madrid para continuar sus trabajos, donde estuvo en contacto con Diego Velázquez.

Falleció en Madrid en condiciones miserables.

martes, 14 de octubre de 2014

Pascual de Gayangos




DE MARTÍNEZ MONTAÑÉS A TORNEO.

Rotulada en 1.898, a propuesta de la Academia Sevillana de las Buenas Letras, en memoria de Pascual de Gayangos y Arce (Sevilla, 1.809 – Londres, 1.897), historiador, arabista y bibliógrafo.
Descendía de una familia de larga tradición militar; siendo hijo del brigadier don José Gayangos y Nebot. Estudió en Madrid en las Escuelas Pías y en los Reales Estudios de San Isidro.

En 1.822, durante el Trienio Liberal, fue enviado a estudiar al colegio de Pont – le – Voy, En Blois (Francia), de dónde provenía la familia de su madre. Tras completar sus estudios, se trasladó a París y comenzó a estudiar el árabe en “L’Ecole spéciale des langues orientales vivantes”. En París conoció a una joven inglesa llamada Frances Revell, con la que contrajo matrimonio en Londres en el año 1.828.

En 1.829 regresó a España y consiguió un puesto como funcionario de la Delegación de Hacienda en Málaga. Entre los años 1.833 y 1.837 estuvo empelado como oficial 2º en la Oficina de Interpretación de Lenguas del Ministerio de Estado. Durante estos años realizó algunos trabajos en la Biblioteca Nacional y colaboró eficazmente en la clasificación de monedas y medallas del Palacio Real de Madrid.

En relación con estas actividades, realizó un viaje de estudios a París y Londres para profundizar en conocimientos numismáticos y de enseñanza del árabe. También accedió a manuscritos orientales del Monasterio del Escorial y desempeñó la cátedra de árabe en el Ateneo de Madrid en 1.836 y 1.837, año en el que marchó a Londres, donde permaneció hasta 1.843.

Pascual de Gayangos escribió en Londres un gran número de artículos en las obras enciclopédicas de la Sociedad para la Difusión del Conocimiento Útil y otras revistas inglesas. Pero su gran obra fue la traducción al inglés, para la Real Sociedad Asiática, de la “Historia de las Dinastías Musulmanas en España” del erudito del siglo XVII Ahmad Ibn Muhammad al – Maqqari.

Al regresar a España fue nombrado catedrático de árabe de la Universidad de Madrid, cargo que desempeñó hasta 1.871. Desde esa cátedra formó a una excelente generación de arabistas. En 1.844 fue elegido miembro numerario de la Real Academia de la Historia.

Entre 1.850 y 1.857 realizó una serie de viajes por toda la geografía española con la finalidad de enviar a Madrid documentos históricos provenientes de los monasterios desamortizados.
Siempre estuvo muy vinculado a Inglaterra y, desde su jubilación, alternó su residencia entre Madrid y Londres, donde emprendería la catalogación de los manuscritos españoles del Museo Británico. En estos años investigó también las relaciones diplomáticas entre España e Inglaterra durante los reinados de Jacobo I y Enrique VIII, para lo cual tuvo que consultar numerosa documentación reservada en el Archivo de Simancas.

En 1.881 fue nombrado Director General de Instrucción Pública por el primer gobierno del Partido Liberal Fusionista de Sagasta. Renunció al cargo, en ese mismo año, al ser elegido senador.
Gayangos escribió varios ensayos y estudios, el más conocido de los cuales es su extenso y documentado “Discurso preliminar”, sobre los libros de caballería españoles. Compuso también un estudio sobre la “Crónica del moro Rasis”.

Elegido académico de la Real Academia de la Historia, contribuyó notablemente a la renovación del arabismo.

Desde principios del siglo XV, el tramo de esta calle comprendido entre San Vicente y Torneo era conocido como Hondonada, y desde el siglo XVII comienza a ser llamado Hondonada del Carmen, Espalda del Carmen o Dormitorio del Carmen, porque a ella daba la fachada trasera del convento de igual nombre.

El tramo de San Vicente a Martínez Montañés, desde el año 1.665 se conocía como Espejo. En 1.845 toda la calle se llamó Espejo.

miércoles, 1 de octubre de 2014

Bucarelli



EN EL CERRO DEL ÁGUILA.

En 1.936 se dedicó esta calle a Antonio María de Bucarelli y Ursúa Henestrosa y Lasso de la Vega (Sevilla, 1.717 – Ciudad de México, 1.779), noble, militar, administrador colonial, caballero de la Real Maestranza de Sevilla, Teniente General de los reales ejércitos, Gobernador y Capitán General de la isla de Cuba, Virrey y Capitán General de Nueva España.

Nació en el seno de una noble familia sevillana de origen italiano, siendo el séptimo hijo de Luis de Bucarelli y Henestrosa, II marqués de Vallehermoso y Ana de Ursúa y Ursúa, IV condesa de Gerena. Antes de cumplir los cinco años, ingresó, con dispensa, en la orden militar de San Juan de Malta. Se alistó en el ejército a la edad de 15 años, como cadete, llegando, tras diversas acciones militares, al grado de general.

Después de desempeñar el cargo de gobernador y capitán general de la isla de Cuba desde 1.766, fue nombrado Virrey de Nueva España el 22 de septiembre de 1.771. Durante su mandato, realizó numerosas mejoras civiles y administrativas, tanto en la capital como en el resto del territorio del virreinato, emprendiendo una política de austeridad, control del gasto y un rigor fiscal que sirvió para sanear la desastrosa situación económica, sin la necesidad de crear nuevas contribuciones ni solicitar préstamos.

Bajo la influencia del pensamiento ilustrado español, Bucarelli mostró un especial interés por fomentar racionalmente la agricultura e impulsar la industria, las ciencias y la educación.
Fomentó las misiones científicas que hacían minuciosos estudios de la riqueza del país, intensificó la construcción del canal de desagüe del Valle de México hasta concluirlo, inauguró el Hospital de Pobres y mejoró el de Enfermos Mentales de México, terminó la construcción de los fuertes de San Juan de Ulúa y de Perote, inició la construcción del fuerte de San Diego, famoso más tarde por la resistencia hecha en él por Morelos y Confort, y también, bajo su gobierno, fue fundado el puerto de San Francisco (California). Bucarelli le prestó una primordial ayuda al obispo Lorenzana para la fundación de la Casa Cuna.

Consiguió pacificar a las distintas tribus de apaches, seris, julimes y pimas. Ante el ataque de estos indígenas que asolaban Coahuila y sus alrededores, Bucarelli ordenó su persecución y todos los que fueron apresados tuvieron por castigo el destierro a Cuba. No obstante, su gobierno se caracterizó por la protección que se brindó a los indios, mulatos y mestizos, motivo por el cual la Real Audiencia le dio el título de “Padre del Pueblo”.

Preocupado por las exploraciones rusas en América del Norte envió dos expediciones navales (1.774) al mando Juan Pérez y Bruno Heceta, los cuales, tras dirigirse al norte y explorar las costas occidentales hasta Alaska, no hallaron presencia alguna de los rusos.

En 1.776 un terremoto destruyó el castillo de San Diego de Acapulco, puerto estratégico en el comercio con Filipinas, lo que aprovechó Bucarelli para remodelarlo según los planos del ingeniero Miguel Constanzó, que proyectó un fuerte pentagonal.

Por otra parte, Juan Bautista de Anza, que había realizado con éxito el viaje por tierra desde Tubac a Monterrey, mandó una expedición que ocupó el puerto de San Francisco y fundó la ciudad de este mismo nombre en septiembre del año 1.776.

Escribió varias obras interesantes, entre ellas “Colección de todas las Provincias de Gobierno”, “Reglamento para el cuerpo de militares inválidos” y “Reglamento e instrucciones para el gobierno en el presidio del Carmen, en la isla de Tres”.

Poco antes de morir pidió ser sepultado a los pies de la Virgen de Guadalupe, en la basílica donde se encuentra la imagen de la cual era muy devoto. Su sepelio fue una auténtica manifestación de tristeza colectiva, pues se había ganado el cariño del pueblo.

Hombre muy activo y comprometido, tanto en el cargo de gobernador de Cuba, como en el de virrey de Nueva España, fue uno de los mejores administradores que tuvo la Monarquía española en el siglo XVIII. También fue un honrado político que logró mantener la paz el virreinato e impulsar las reformas borbónicas.

Antonio María de Bucarelli ha sido calificado como uno de los mejores gobernantes que pasaron por Nueva España. Él hacía el número 46.