domingo, 10 de agosto de 2014

Bordador Rodríguez Ojeda.



DE DUQUE CORNEJO A PADRE MANJÓN.

Desde 1.943 en homenaje a JUAN MANUEL RODRÍGUEZ OJEDA (Sevilla, 1.853 – Sevilla, 1.930), excelente bordador.
En 1.868 Juan Manuel ingresa en el afamado taller de bordados de las hermanas Antúnez, en cuya casa desarrollaría toda su labor creadora, con un original concepto que transformaría los bordados cofradieros, tanto en Sevilla como en otros lugares de Andalucía.
De su genialidad creadora salieron novedosos diseños basados en el arte popular tradicional, con temas decorativos renacentistas y barrocos, logrando un sello muy personal.
Su arte estuvo marcado por su pasión a los bordados y por la Semana Santa sevillana, así como su especial devoción por la Esperanza Macarena, a cuya imagen y hermandad dedicó gran parte de su vida, ostentando el cargo de prioste entre los años 1.877 y 1.884, cambiando la forma de vestir a la Virgen.
En 1.888 es Mayordomo de esta popular Hermandad, hasta 1.900. En esta época borda la primera túnica del Señor de la Sentencia y diseña el palio negro que bordaría su hermana Josefa, siendo de los últimos años de este periodo una de sus obras más importantes: el manto de malla de la Macarena. Desde el año 1.901 a 1.916 ocupó el puesto de consiliario en la Hermandad.
En su primera etapa, hasta el año 1.900, algunas de sus mejores obras son: Las bambalinas exteriores del paso de palio de la Virgen de la Victoria (Hermandad de la Cigarreras), trabajo terminado en 1.894, en origen bordadas en oro sobre terciopelo negro, con medallones, rematadas con una inusual cornisa bordada en oro, quedando los varales por dentro.
El manto bordado en oro y sedas sobre terciopelo negro para la misma Virgen de la Victoria, estrenado en 1.898.
También del año 1.898 son las bambalinas del palio de la Virgen de las Lágrimas, de la Hermandad de la Exaltación. Asimismo, el manto verde, conocido como el manto de malla o “la camaronera”, estrenado en 1.900 por la Esperanza Macarena, su creación más importante de su etapa inicial, que cuenta como base del bordado una red de oro sobre la que se fue bordando todo el dibujo. Constituye una obra excepcional de un gran mérito artístico.
En una segunda etapa, ya de madurez, hasta el año 1.917, sintetiza adornos de tipo tradicional con otros inspirados en trabajos del siglo XVII:
Entre 1.903 y 1.904 realiza los valiosos bordados del paso de palio de la Virgen del Mayor Dolor y Traspaso para la Hermandad del Gran Poder, de gusto plenamente barroco, uno de sus diseños más elegantes. En 1.994 se restauró y pasó a nuevo terciopelo el manto de la Virgen, en el taller de Fernández y Enríquez.
En 1.906 diseñó y realizó la indumentaria de las imágenes del misterio de la Sagrada Mortaja. El 1.907 es el año de la creación del palio y manto de la Virgen de la Hiniesta. En 1.908 bordó la túnica para Jesús del Gran Poder, denominada popularmente con el nombre de “persa”, aunque su estética responde más bien al neo mudéjar, luego pasados a terciopelo granate. Además para esta misma hermandad bordó el Senatus y el Simpecado, así como los paños de las bocinas.
1.908 es el año del soberbio palio granate de la esperanza Macarena, clásico palio sevillano que conjuga lo popular con lo erudito y que por primera vez combina en las caídas del palio la malla y el terciopelo. En este mismo año bordó los faldones del paso de la Virgen, conservándose íntegra sólo la bambalina delantera.
En 1.915 se estrena el singular palio de la Virgen de los Ángeles de la hermandad de “Los Negritos”, bordado en terciopelo azul, de original silueta donde introduce también la malla. Al año siguiente borda el manto para la Virgen, siendo vendidos ambos, manto y palio en 1.960 a la Cofradía de Nuestra Señora de la Palma de Cádiz.
Una tercera y última etapa llevan a una mayor concentración de bordados en superficies de mantos y palios:
En 1.919 realizó la túnica bordada sobre tisú de plata para Nuestro Padre Jesús en el Desprecio de Herodes de la hermandad de la Amargura. En 1.926 estrenó la Virgen su soberbio palio granate, y un año después realizó el manto de la Virgen y la túnica de San Juan.
El manto de la Virgen del Valle, de 1.920, lo crea a juego con las bambalinas del palio, único ejemplar de los bordados del siglo XVII de la Semana Santa de Sevilla.
Para la Virgen del Dulce Nombre realizó su palio de terciopelo azul en 1,921. El manto, también en oro sobre terciopelo azul lo realizó en 1.924. También de 1.924 es el palio y el manto de la Virgen del Subterráneo de la hermandad de la Sagrada Cena. En el año 2.000, con motivo del 70 aniversario de su fallecimiento, se inauguró un monumento a su memoria junto al Arco de la Macarena, obra del escultor sevillano Luis Álvarez Duarte.
A esta calle, en 1.932, se le puso el nombre de Doctor Palomares, por Francisco Palomares García, médico y primer pastor de la Iglesia Reformada Episcopal en Sevilla.

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